Marolo fue arzobispo de Milán desde 408 a 423.
Es venerado como santo por la iglesia católica, cuya festividad se celebra el 23 de abril.
Probablemente debido a las persecuciones de Sapor II, Marolo se trasladó en 380 a Siria donde creció.
Más tarde se trasladaría a Roma, donde hizo amistad con el papa Inocencio I, y finalmente a Milán, donde fue nombrado obispo en 408.
Probablemente llevó desde Antioquía a Milán las reliquias de los santos Babilas y Román de Antioquía, y fundó una iglesia en Milán conocida como la Basílica Concilia Sanctorum o iglesia de San Romano, hoy cercana a la actual de la iglesia de San Babila.