Grínberg se convirtió rápidamente en una figura notable de la escuela pianística rusa.
Algunos años más tarde fue “rehabilitada” y readmitida como solista de piano.
Grínberg protagonizó 14 giras artísticas internacionales - 12 de ellas en los países del bloque soviético y dos en Holanda, donde se convirtió en una figura nacionalmente reconocida.
Los críticos compararon sus actuaciones con las de Horowitz, Rubinstein, y Clara Haskil.
A los 61 años le fue concedida una cátedra en el Conservatorio Gnessin de Moscú.
Entre la larga lista de sus alumnos destacan Naum Shtarkman y Regina Shamvili.