En 1943, Teodoro Capriles, cantante y deportista profesional, lo presenta con Ángel Sauce, compositor, director y profesor de música, quien le recibe como alumno e integrante de un orfeón que él dirigía.
En 1946 el empresario de radio Ricardo Espina lo presenta al tenor mexicano Pedro Vargas, quien se convierte en su mentor, estimulándole y apoyándole.
Continúa su formación musical y sus estudios de canto guiado por maestros como Vicente Emilio Sojo, Ángel Sauce y Alfred Von Hollander en la Academia de Música Santa Capilla.
En estas grabaciones es acompañado en el arpa por Torrealba y su conjunto "Los Torrealberos”, lo que proporcionó un gran impulso a la difusión de la música tradicional del llano venezolano, lo que hace que comiencen a escucharse en las radioemisoras del país, de manera constante, no sólo los temas interpretados por Mario Suárez y “Los Torrealberos”, sino también las voces de Angel Custodio Loyola, Adilia Castillo y Eneas Perdomo, entre otros artistas que cultivaron este género.
Temas de este período son “Nunca sabré” (versión de “Luna de Miel”, autoría del músico griego Mikis Theodorakis, también interpretada por la española Paloma San Basilio), “Arpa”, “Ayúdame Dios mío”, “Campesina”, “Moliendo café”, con Hugo Blanco y “La potranca zaina”.