En 1965 se traslada a Nueva York, donde, al año siguiente, ofrece su primer recital de danza y es contratado por la Columbia Artist Management, desarrollando una gran actividad de recitales.
Su primer éxito importante es ‘Camelamos Naquerar’ –queremos hablar–, en 1976, donde, obra del dramaturgo y ensayista gitano José Heredia Maya, que reivindica los derechos del pueblo gitano, encontrando en la marginación de su pueblo un permanente argumento para su arte.
En el año 1977, en el tablao Los canasteros, que Manolo Caracol había abierto en 1963 (esto es, diez años antes de su muerte), descubre a Carmen Cortés.
Con ella monta ¡Ay!, Jondo, cuyo estreno tendría lugar en la sala Olimpia, donde hoy se encuentra el Centro Dramático Nacional, en 1981.
En 1983 fundó en Sevilla el Centro Mario Maya para la enseñanza del flamenco, danza clásica y jazz.