Vivió un tiempo en Washington D. C. y luego ocho años en Baltimore, donde fue profesor de español en el Colegio Saint Mary.
En 1829 marchó a La Habana, donde fundó con Juan Olivella la Escuela Buenavista, primer centro de enseñanza secundaria en Cuba, y la Revista Bimestre Cubana (1831).
Una vez en Barcelona visitó cárceles y hospitales, al tiempo que editaba un manual de frenología.
También se empieza a interesar por el magnetismo animal de Franz Anton Mesmer, antecedente del hipnotismo, y por la fisiognomonia.
Entonces volvió a Barcelona, donde dirigió la revista La Antorcha (1848-1850), de carácter científico y lingüístico, y publicó un manual de frenología que fue traducido al francés en 1858 bajo el mecenazgo del propio Napoleón III.