En 1934 su carrera se vio truncada por un accidente cuando cayó al foso de la Wiener Staatsoper, lesionándose la cadera.
Tuvo una larga asociación con el Teatro Colón de Buenos Aires que comenzó en 1937, donde entabló amistad con la pintora Mariette Lydis.
Entre 1937 y 1949 fue directora de escena en el primer coliseo porteño de Tannhäuser (con Erich Kleiber, Max Lorenz), Iphigénie en Tauride, Aida (en 1938 con Tullio Serafin), Mefistofele, Louise, La traviata, Las vírgenes del sol, Macbeth (con Héctor Panizza), Samson et Dalila, Schwanda el Gaitero, El barón gitano, La favorita, Carmen, Manon, Sadko, Andrea Chenier y Adriana Lecouvreur, ambas con Beniamino Gigli y Maria Caniglia, el estreno de Juana de Arco en la hoguera con Erich Kleiber, Daphne, Armida, El Príncipe Igor, Der Freischütz, Las bodas de Fígaro y Cosi fan tutte.
En 1957 Wallmann regresó a la Wiener Staatsoper para Tosca dirigida por Herbert von Karajan con Renata Tebaldi), seguida por Dialogues des Carmelites (1959, con Irmgard Seefried, Elisabeth Höngen, Hilde Zadek, Christel Goltz), Assassinio nella cattedrale (1960, Herbert von Karajan, Hans Hotter, Anton Dermota, Walter Berry, Hilde Zadek, Christa Ludwig),La forza del destino (1960; Dmitri Mitropoulos; con Antonietta Stella, Giuseppe di Stefano, Ettore Bastianini, Giulietta Simionato), Turandot (1961; con Birgit Nilsson, Giuseppe di Stefano, Leontyne Price), y Don Carlo (1962; con Boris Christoff, Hans Hotter, Sena Jurinac, Eberhard Wächter, Giulietta Simionato).
Para la Deutsche Oper Berlin dirigió Turandot (1965), y La forza del destino (1970).