Tras enviudar en 1967, Miranda alcanzó protagonismo social por sí misma a partir de la vertiente deportiva, especialmente en el mundo del fútbol y desde uno de los clubes más importantes de la ciudad, el Club Deportivo Atlético Baleares.
Además, desde 1974 formó parte de la junta directiva del club blanquiazul en sucesivas ocasiones.
[1][2][3] Desde 1977 su nombre sonó como posible candidata a la presidencia del club balearico, un hecho sorprendente en una entidad exclusivamente masculina en el plano deportivo, presencia femenina testimonial en la vertiente social y dirigida hasta entonces exclusivamente por hombres.
[1][2][3] Además, Miranda formó parte de la comisión que entre 1978 y 1979 estudió la posible fusión entre Atlético Baleares y RCD Mallorca, cuando sendas entidades pasaban por momentos críticos que hacían peligrar su supervivencia.
En 2023 fue candidata a recibir la Distinción Cornelius Atticus, máxima condecoración deportiva de las Islas Baleares, en categoría póstuma.