Fue ahorcada a consecuencia de su identidad de género, y actualmente es un icono para la defensa de los derechos LGBT en Valencia.
[1][2] Posiblemente fue hija de un importante notario de Mallorca, y debió frecuentar los círculos de la alta sociedad valenciana de la época, logrando cierta fama en la Valencia más acomodada.
Fue presa y torturada, y más tarde ejecutada en la horca de la Plaza del Mercado de la ciudad de Valencia, como se practicaba en la Edad Media con los asesinos, parricidas, uxoricidas y sodomitas, en este caso por identificarse con el género femenino y comportarse y vestirse como tal.
[1][2] A mediados de la década de 1990, el profesor Vicent Josep Escartí escribió un artículo sobre los hechos en torno a la muerte de Margarida Borràs, que alcanzaría gran relevancia entre los colectivos LGBT de la ciudad de Valencia, de tal manera que en 1995 Lambda, Col·lectiu de lesbianes, gais, transsexuals i bisexuals de València instauró el Premio Margarida Borràs a las personas y entidades que se destacan por su trabajo contra la discriminación por identidad sexual o de género, así como por la defensa de los derechos del colectivo LGBT, como homenaje a la primera persona que consta que murió en Valencia por el odio y la discriminación motivados por el hecho de mostrarse tal y como se sentía.
[1][2] En enero de 2016, el Consejo por la Mujer y por la Igualdad del Ayuntamiento de Valencia decidió dedicarle una calle junto a otras 36 mujeres que no han tenido la oportunidad de obtener conmemoración a lo largo de la historia,[3] y el 17 de mayo de 2017 fue colocada una placa de homenaje en la Plaza del Mercado, donde fue ejecutada.