Marciano o Marcilano (Marcian, Marziano, Marcianus) de Tortona (f. 120 d. C.) es tradicionalmente considerado el primer obispo de Tortona, un puesto que ocupó durante 45 años.
La tradición establece que Marciano nació en una familia pagana pero fue convertida por San Barnabé y confirmado en la fe católica por San Siro, obispo de Pavía.
Segundo asegura que tuvo una influencia trascendental en la conversión de Marciano.
Documentos del siglo VIII dan fiabilidad al personaje.
[2] Sus reliquias, fueron encontrados en el río Scrivia en el siglo IV por San Inocencio obispo de Brescia, y ahora se pueden venerar en la catedral de Tortona.