No aprendió inglés sino hasta los 17 años, situación que dificultó aún más sus posibilidades para estudiar o trabajar.
Mientras se desempeñaba allí conoció a Willis O'Brien, quien trabajaba haciendo efectos especiales en Hollywood.
En varias ocasiones intentó, sin éxito, convencerlo de que se fuera a trabajar con él, ofreciéndole un sueldo cuatro veces superior al entonces percibido por Marcel.
Cuando O'Brien se disponía a trabajar en El mundo perdido hizo un último intento por hacerse con los servicios del joven mexicano.
Los modelos para animación stop motion normalmente eran hechos a base de arcilla o plastilina, lo que dificultaba manipularlos entre capturas.