Marón o también conocido como San Marón (m. 410, Siria), fue un sacerdote, monje anacoreta sirio, abad en San Ciro y fundador de la comunidad católica oriental que lleva su nombre, la Iglesia católica maronita.
Era un muy estimado y profundo amigo espiritual de San Juan Crisóstomo, quien le escribía desde la ciudad romana de Cucusus (Armenia).
[3] Tuvo en su vida numerosos seguidores que quisieron abrazar la vida de austeridad, soledad y oración, que él proponía.
Su vida relatada con pocas líneas por el historiador eclesiástico Teodoreto de Ciro, se resume en: fidelidad a Cristo, siguiendo los consejos evangélicos; fidelidad a la iglesia de Cristo, defendiendo a los Santos Cánones de los primeros concilios eclesiásticos; y fidelidad a las santas tradiciones de la Iglesia Oriental, llevando una vida de ermitaño en la cumbre de una montaña cercana al pueblo de Kfar Nabo, donde estaba erigido un templo al dios pagano Nabo, que él transformó en un templo cristiano.
Los maronitas son los cristianos que deben su nombre a Marón, el eremita sirio.