Delfina María Teresa Rafaela estaba agotada después de un largo parto el día anterior.
La decepción reinó cuando descubrió que era una niña, pero al delfín Luis Fernando no pareció importarle.
Sin embargo, según el concepto de la época, las madrastras rara vez actuaban como verdaderas madres sustitutas, ya que los niños reales solían ser criados principalmente por nodrizas e institutrices en sus primeros años.
La princesa sufrió entonces convulsiones, fiebre alta y continuó vomitando a pesar del tratamiento médico.
Su padre, el delfín Luis Fernando, asistió a las discusiones entre médicos, quienes finalmente decidieron utilizar un purgante (émétique), una medicina muy fuerte, especialmente para niños pequeños.
El cuerpo de la princesa María Teresa fue trasladado a las Tullerías para realizarle una autopsia.
Según el duque Luynes, se hicieron dos retratos, uno de la princesa tal como es ahora (para la reina María Leszczyńska) y otro coloreado para que pareciera viva (para Delfina).
Su padre se sintió muy conmovido por la actuación de su nueva esposa cuando vio "la imagen sonriente del angelito que había volado".