Este último inició sus estudios de piano con su hermana Josefina, conocida como “Pepita”, recibiendo, asimismo, instrucción musical de María del Refugio, “Cuquita” reconocida docente, pianista, compositora y redactora del texto “Estudio Pianístico Beethoven”.
En 1900 viajó a Ciudad de México, iniciando estudios con los maestros Vicente Mañas, Eduardo Gabrielli y Paulo Bengardi.
Seguidamente ingresó en el Conservatorio Nacional de Música en 1901, donde permaneció hasta 1903.
Compositor controvertido, creó una obra musical basada en temas típicos mexicanos, que combinó con el estilo romántico europeo de su época.
Compuso obras para diversos instrumentos y dominó especialmente la guitarra gracias a la amistad que sostuvo con el guitarrista español Andrés Segovia, así como con otros compositores de este instrumento como Heitor Villa-Lobos, Federico Moreno Torroba y Joaquín Rodrigo.
De este modo, 1912 se considera el inicio del movimiento nacionalista en la música mexicana.
Por esta época tuvo como alumno al que vendría a consolidar el movimiento nacionalista, Carlos Chávez.
Ponce evitaba en lo posible cualquier referencia a la música indígena por considerarla carente de refinamiento.
El joven Ponce -cuya amistad con Ramón López Velarde y Saturnino Herrán lo colocaba, por generación, dentro del primer grupo de autores mexicanos de este siglo preocupados por la búsqueda de lo distintivamente mexicano en el arte- percibió claramente que así como existía un acervo de hábitos melódicos que podían delinear una identidad y una personalidad musical, existía también una zona que su arte no había logrado penetrar y esta era aquella donde residían los secretos del oficio que le permitirían afinar su exigente vocación de compositor.
Las obras que incluyeron otro nombre de autor en su edición como pastiches, fueron el Balletto y el Preludio en Mi Mayor, ambos atribuidos a Weiss y la Suite en Re Mayor (atribuida a Scarlatti).
"Marchita el alma", por ejemplo, la escuchó como canción popular en los campos del estado de Guanajuato.