Recibió una esmerada educación religiosa y musical, siendo su instrumento principal la vihuela.
Quirós adquirió numerosas composiciones europeas y virreinales para ser interpretadas en Guatemala.
A él se debe la preservación de los libros de canto polifónico de la Catedral, elaborados por Gaspar Fernández a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII.
Como compositor, produjo una serie de villancicos, cantatas, tonadas y obras sacras con características del barroco español, para las fiestas mayores del año católico.
Cantad gilguerillos; Cándidos cisnes; Jesús, Jesús, y lo que subes (1743, 1747); Qué bien; Ay Jesús; Hoy que en las sacras aras; Sanctus Deus; Ne recorderis; Vagelillo que al viento; A el pan de los cielos den adoraciones; Yo la tengo de cantar; Ay niña bella; Venid, venid a las aras de Dios y de Juan; Oygan los triunfos; Cor mundum; Liberame; Auditi meo; Joseph Antonio, tus dos nombres; Clarines suaves; Un hombre de Dios; Iod manum suam; Parce mihi Domine; Laudate pueri Dominum; Oygan una xacarilla; Oh admirable sacramento; Digo a Siola Negla (1736); Luz a luz, y gracia a gracia; Jesuclisa Magdalena (1745); Vengo turo flanciquillo (1746); Pues que de pascuas estamos (1745); Amotinados los negros; Lucid fragante rosa.