Pero el dato decisivo e histórico de esa convocatoria fue la inédita alianza que se formó entonces entre el movimiento sindical y las organizaciones ecologistas.A esos tipos no les importa más el medio ambiente que el pueblo obrero ordinario".Durante el resto del día se sucedieron otras acciones similares que resultarían en un total de ocho detenidos.[cita requerida] La "sentada" en las escaleras no llegó a producirse como estaba planeado pero el resultado fue similar.Si bien no hay información indubitable sobre la cantidad precisa de asistentes, la prensa masiva tendió a ubicarla entre 20 000 y 30 000 participantes,[6] en tanto que la prensa progresista tendió a ubicarla entre 50.000 y 100 000 manifestantes.Sobre todo miles de jóvenes sin pertenencia alguna fueron a Seattle para expresar su pensamiento.[cita requerida] Cuando las desprevenidas fuerzas de seguridad quisieron reaccionar, ya era imposible toda circulación entre los hoteles y el Teatro Paramount, donde se realizaría la inauguración.[8] Al mediodía finaliza el acto central en el Estadio Memorial y el grueso de los manifestantes marcha hacia el centro.Los líderes sindicales (Sweeney, Baker, Yokich, McAttee, Hoffa, McWilliams y otros) se suman a los manifestantes que ya estaban realizando una "sentada" pacífica ("sit-in") en las calles de acceso.La violencia en las calles se ha descontrolado y los gases lacrimógenos inundan la ciudad llegando hasta 10 kilómetros del centro.Los más diversos sectores estuvieron de acuerdo al menos en dos cuestiones básicas: Pero el movimiento en realidad no tuvo una consigna clara unificadora capaz de dar unidad a un espectro social tan complejo y heterogéneo.El principal grupo convocante y mayoritario, se reunió en el estadio para compartir un acto que duró unas dos horas.McEntee (empleados públicos) hablaba de los fundamentos de la nueva alianza: "el sistema transforma todo en una mercadería; un bosque en Brasil, una biblioteca en Filadelfia, un hospital en Alberta; tenemos que darle un nombre a ese sistema: es el capitalismo corporativo".Un grupo de jóvenes mujeres desnudas tenían pintado en su cuerpo: "No dioxinas en mi vagina" (No Dioxins in my cunt; * (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).).Otr a joven ecologista reclama "agua limpia" con un cartel en el que la OMC es representada por la muerte (*).Otros carteles de los manifestantes decían: "Demandamos una voz pública" (*); "Democracia o OMC"; "OMC, si no sirve para las familias trabajadoras, no sirve", utilizando el juego de palabras entre "trabajo" (work) y "sirve" (it works); "La gente antes que las ganancias" (*); "El comercio injusto destruye puestos de trabajo estadounidenses" (Unfair trade destroys American jobs, *).La Organización Acción Directa No Violenta (DAN), muestra una expresiva foto de un joven adolescente con su cuerpo pintado con la leyenda: "Quién, Qué, Yo" (* (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).).El hecho de que por primera vez las organizaciones sindicales y ambientales ("tortugas y camioneros unidos al fin") pudieron unirse en una acción conjunta, abrió un proceso mundial de alianzas entre organizaciones heterogéneas que finalmente tuvo una de sus máximas manifestaciones en el Foro Social Mundial, cuya primera versión ser realizó en Porto Alegre en 2001.En el aspecto económico una parte importante del movimiento surgido ha ido enfocándose cada vez más en propuestas alternas al corporativismo y autónomas a las vías estatalistas, es el caso de la economía solidaria, un modelo voluntario y cooperativo de economía que incluye el comercio justo, la banca ética, el microcrédito, empresas asociativas, entre otras actividades propositivas.Un manifiesto redactado por las ONG "Public Citizen's" y "Global Trade Watch" fue firmado por al menos 1400 organizaciones (el documento y las organizaciones firmantes pueden consultarse en WTO History Project; ver vínculo al final).
Seattle 19-Nov-1999. Pancartas. "El trabajo dice: la OMC acaba con la democracia". Autor: D. Ortman.