Mantuvieron el cargo hereditario de los sparapetes (comandante en jefe) de Armenia hasta finales del siglo VI y controlaron, entre otras regiones, Taron, Bagrauandena y Sasunia.[1] La fortuna surge a principios del siglo V con el matrimonio entre los esparapetos Hamazasp I Mamiconio e Isaacanuxe, heredera del último patriarca gregórida, Isaac I el Grande, que aportó importantes territorios a la familia y el inmenso prestigio asociado a los descendientes de Gregorio el Iluminador.[2] En 572, el príncipe Vardán III Mamiconio asesinó al marzbam persa Surena para vengar a su hermano Manuel II Mamiconio, pero luego tuvo que buscar refugio en el Imperio bizantino.[4] Los mamiconios reaparecieron en el siglo VIII, cuando los hermanos Davi y Grigor Mamiconio intentaron oponerse a Ashot III Bagratuni y fueron exiliados a Yemen.Esta batalla marcó el fin del poder mamiconio con Asocio IV Bagratuni al apoderarse de los bienes de su tío, Samuel Mamiconio, dejando solo Bagrauandena al príncipe Sapor.