Fiebre hemorrágica argentina

[3]​ Gracias a las investigaciones del dr. Julio Maiztegui, la mortalidad se reduce al 3% si esos pacientes eran tratados con plasma de personas ya enfermas antes del octavo día de haber contraído el mal.

[5]​ Observó un síndrome característico en los trabajadores rurales que, creyó, se trataba de una nueva enfermedad.

Estudios realizados demostraron la eficacia del tratamiento cuando se administraba plasma obtenido de convalecientes, con anticuerpos contra el virus.

En 1964 se creó la «Comisión Nacional Coordinadora para el estudio y la lucha contra la fiebre hemorrágica argentina» conformada por representantes de la salud pública del estado nacional, de las provincias afectadas, universidades y otros institutos.

[9]​ Ese momento coincidió con el retorno al país del doctor Julio Maiztegui, nacido en Bahía Blanca en 1931, que se había formado en la UBA con un máster en salud pública en Harvard.

[9]​ Fue allí también donde surge el primer paciente diagnosticado con mal de los rastrojos, que logra salvar su vida en dicha institución.

[9]​ En 1977 expertos coincidieron en asignar un carácter prioritario al desarrollo de una vacuna contra la FHA.

El acuerdo estipulaba que la investigación de la vacuna sería llevada a cabo por un científico argentino en los laboratorios del USAMRIID.

Superados los controles iniciales de potencia e inocuidad, sería producida en Argentina por el INEVH y ensayada progresivamente en humanos.

Para 1993 Estados Unidos había desarrollado una vacuna[12]​ candidata que fue probada en Argentina en un ensayo cuyos resultados se conocieron en 1998 proveyendo una protección adecuada.

[17]​ El contagio del virus al humano se produce a través de: Afecta principalmente a gente que reside o trabaja en zonas rurales del área endémica;[9]​ el 80 %de los infectados son hombres entre 15 y 60 años.

Al examen macroscópico se observan fenómenos congestivo-hemorrágicos en diversos parénquimas, como mucosa gastrointestinal, pulmón, peritoneo, riñón, cerebro y corazón.

Hay aumento discreto del tamaño de algunos órganos como el riñón, el bazo y los ganglios linfáticos.

En el sistema nervioso central los rasgos más notables son congestión meningea intensa, focos hemorrágicos, microfocos de necrosis y gliosis reaccional.

En resumen el aspecto general es capilaropatía generalizada, con repercusión secundaria en el intersticio de diversos órganos y tejidos.

Comienza con un cuadro insidioso de fiebre, dolores musculares y malestar general.

En casos severos pueden ocurrir sangrados de mucosas, tracto digestivo, pulmones, riñón y útero.

La ribavirina, la inmunoglobulina y los anticuerpos monoclonales han mostrado alguna ventaja en el tratamiento de la enfermedad.

Luego, en laboratorios del Ejército de Estados Unidos, se aisló la cepa Candid #1 (vacuna para la FHA).

[24]​ La vacuna Candid #1 ha demostrado también reaccionar al virus Machupo y, por ende, ha sido considerada como tratamiento alternativo para la fiebre hemorrágica boliviana.

Área endémica de la FHA y los puntos son presencia de Calomys musculinus , 1996. [ 13 ]