Le habla de su infancia marcada por un padre agresivo y ausente que maltrataba a su madre y de la especial relación que siempre ha tenido con ella.
Le cuenta un episodio ocurrido cuando tenía seis años durante una noche de tormenta, cuando intentó defender a su madre de la paliza que estaba recibiendo de su padre y cómo éste intentó pegarle también a él, y que eso le había provocado desde entonces pánico a las tormentas y que nunca se hubiera podido aprender el padre nuestro correctamente.
Permanece siempre junto a su madre y sólo sale de su pueblo para sufrir el servicio militar de finales del Franquismo, donde conoce a su otro gran amigo, la Girasol.
Tras la muerte de su madre Alfredo ya no podrá encontrar refugio en su cama durante la siguiente tormenta por lo que corre al altar de su Virgen a acurrucarse a sus pies.
[2] Madre amadísima obtuvo 22 candidaturas a los Premios Goya en su edición de 2011.