La cantante estadounidense Madonna es considerada un icono en muchos sentidos, gracias a las diversas áreas de sus contribuciones y obra.La connotación religiosa con la palabra icono no es unívoca, ya que en nuestra era moderna tiene más acepciones y es precisamente Madonna el primer personaje con el que se utilizó por vez primera en la cultura de las celebridades según las palabras del profesor en semiótica y antropología lingüística para la Universidad de Toronto, Marcel Danesi.Desde entonces, su empleación se generalizó inmediatamente y ahora es usado para hacer referencia a cualquier celebridad ampliamente conocida, ya sea hombre o mujer.Al estar su nombre estrechamente ligado en el trasfondo histórico con la transición de las nuevas acepciones del término, diversos especialistas y diccionarios tan distantes como el Diccionario panhispánico de dudas de la Real Academia Española o el Oxford Advanced Learner's Dictionary del Oxford English Dictionary han utilizando precisamente su nombre al dar pie a estas nuevas definiciones.Según la académica Diane Pecknold en el libro American Icons, muchos observadores contemporáneos sostuvieron que desde el comienzo de su carrera, la «principal ambición de Madonna era convertirse en un icono» y que la música pop simplemente le «proporcionaba la vía más conveniente para lograr ese objetivo».Indicó que tiene un antecedente religioso, pero más tarde se utilizó por vez primera en el mundo de las celebridades para describir a la cantante estadounidense Madonna.José Igor Prieto Arranz se basó en la clasificación de Charles S. Peirce sobre los «signos simbólicos, icónicos e indéxicos» para desarrollar precisamente ese tema.[11] Y si bien también existen contradicciones a la hora de definirla y usando las mismas teorías, Umberto Eco definió una vez en 1987 que en todo icono: «el cuerpo humano, una página en blanco sin ninguna significación, acaba convirtiéndose en un complejo texto lleno de significación».Para finalizar, el autor de referencia señaló que en este sentido se «le puede ver más bien como un palimpsesto con muchas capas de significación», y que varias definiciones semánticas sobre ella tienen validez, aun si la iconocidad como tal ha sido marcada por una «extrema complejidad».Esto porque la figura de la artista «es emblemática con la manera confusa en que las mujeres están representadas en la cultura popular».Esto era debido a factores generales según Fergurson, como la necesidad de «crear nuevos íconos y desmantelar los viejos con una velocidad asombrosa».[27] En términos generales y apoyándose en la segunda definición, según autores como Hugo Márquez de Cultura Colectiva ella es un «icono atemporal».[37] Aunque sin limitarse a esos dos ejemplos, diversas fuentes como la ABC News Radio o el libro Life with My Sister Madonna se han referido a ella como «icono global»,[38][39] algo que en textos académicos es aceptado en las teorías respaldadas por la globalización como en el caso del libro Sonic Multiplicities (2013),[40] y que según la revista Australasian Journal of American Studies no es por ningún accidente que sea «icono mundial» como lo es Mickey Mouse, pues es gracias a la omniprescencia de la industria de entretenimiento estadounidense.[50] En el mismo decenio se originó la tendencia «Madonna wannabe», donde millones de jóvenes del mundo occidental copiaron su imagen y actitud.[51] En otras variantes, ella es también un «icono del estilo» (Style icon), aunque la periodista de moda Lauren Cochrane en el libro Fifty Women's Fashion Icons that Changed the World (2016) dijo que tras cuatro décadas de carrera «no hace falta recordarlo».[54][55] La escritora y académica Kathleen Sweeney sugiere que personajes como Madonna, han alcanzado «un estatus más allá de la mera celebridad en la conciencia pública para convertirse en iconos culturales durareros».De esta manera, «se han convertido en metáforas, versículos y sustantivos del discurso conversacional».[61] Estos superlativos son relativamente frecuentes, y quizá se debe a que tiene una posición casi propia en extremo dentro de la historia de la comunidad homosexual, ya que «ha jugado un papel fundamental» en la normalización del colectivo según apuntan fuentes como 20 Minutos.[69] Durante varias décadas, diversos medios como Spin la han llamado «el icono pop femenino más grande del mundo».[73] Su logenvidad como icono, según el crítico Jordi Bianciotto quizá contraríe a quienes la catalogaron un «gadget comercial efímero».Según concluyó Wortman, «esta clase de artefactos estructura la manera en que los jóvenes clasifican las cosas y les dicen a ellos quiénes son».En el prólogo de Madonna as postmodern myth, el académico francés Georges-Claude Guilbert sugiere que ella «ha sido aceptada [desde hace] mucho tiempo como un ícono de la cultura pop» pero en su obra le da una mayor importancia cultural al analizarla como un «mito posmoderno».[80] Según explicó el antropólogo chileno Osvaldo Torres, en el mundo posmoderno la artista representa un icono de «lo que uno quiere encontrar en ella».[81] La autora Carrie Havranek, dijo que Madonna es un «verdadero icono» al estar encasillada dentro de su «clase propia».Ese señalamiento se ve en varias reseñas a sus actuaciones en directo y giras de conciertos.
Una representación en icono de Madonna.
Ana Wortman en el
CLACSO
dijo que Madonna no es solo imagen y representación: es un objeto cultural en la acepción
antropológica
. También hizo referencia a las camisas con su rostro estampado como ejemplo de esto.
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77
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En la
imagen
, la actriz
Iyari Limon
.