La Madonna Gualino es una pintura atribuida al artista medieval tardío italiano Duccio di Buoninsegna.
En 1910 se vendió en el mercado anticuario de Florencia, cubierto por un repintado del siglo XVI, el cual fue quitado en 1920.
En 1925 fue adquirido por el empresario y coleccionista turinés, Riccardo Gualino quien, en 1930, lo cedió a la Galería Sabauda.
El trabajo no está firmado, y ha sido atribuido, entre otros, a Cimabue.
Ahora es unánimemente asignado a Duccio, perteneciendo a su carrera temprana, cuando estaba influido por Cimabue.