Aragón ha dado destacados compositores, intérpretes y cantantes en las tres ramas: Se considera que la tradición musical autóctona de Aragón comienza en el siglo XIII, con un manuscrito musical que se encuentra en la Biblioteca Central de Barcelona (Ms.
El Españoleto trajo de Italia las últimas modas, componiendo numerosos misereres, gozos, lamentaciones e incluso óperas.
Numerosas figuras de la música internacional, como el cuarteto Rosé, Wanda Landowska o los pianistas Rubinstein, Haskil, Aldo Ciccolini, los violinistas Thibaud, Crickboom, Francescatti, Szigeti, etc. visitaron Zaragoza, lo que no consiguió cambiar el languidecimiento de la escena musical.
En 1893 se realizó un gigantesco festival coral, al que acudieron mil cuatrocientos cantantes y cien bandas.
El autor de zarzuela aragonés más prolífico fue Pablo Luna Carné, muy activo en Madrid, que introdujo un estilo inspirado por la opereta vienesa.
Aragón ha dado grandes voces líricas, como Marino Aineto, Antonio Aramburo, Pilarín Andrés, Andrés Marín, Juan García, Julián Biel, Bernabé Martí y Elvira Hidalgo, entre los que destaca sin duda Miguel Fleta, uno de los principales tenores europeos tras Caruso.
Entre los impresores de música del siglo XIX, los principales nombres son Portabella, Villagrasa y Casanova, teniendo el primero una imprenta por tipos musicales.
En la segunda mitad del siglo XX se unen a ellos Isaac Feliz Blanco, Gregorio Garcés, Julio Broto, Juan José de Mur y Jesús María Martínez Muneta.
En Aragón, tradicionalmente muy diversa, las músicas infantiles se cantan en las tres lenguas vernáculas, el castellano, el aragonés y el catalán.
[8] El ciclo anual comienza con la primavera, cuya llegada se celebra con los mayos, festividad muy popular en la Sierra de Albarracín.
En Aragón, durante las fiestas de Semana Santa, tiene mucha importancia el tambor, sobre todo en la Ruta del tambor y el bombo en diversas localidades turolenses, entre las que se encuentra Calanda, cuya famosa rompida se realiza a mediodía del Viernes Santo.
Activo durante la Segunda República, la Guerra Civil y la posguerra, marcó una época coincidente con la de la generación del 27.
La Orquestina se mantuvo más purista que Hato de Foces, obteniendo sus canciones directamente del campo.
Algunos de estos trabajos se centran en cuestiones específicas, como la dulzaina, o en puntos geográficos concretos.
Las primeras surgen a finales del siglo XIX en relación con las celebraciones realizadas por el Orfeón Zaragozano en el Teatro Principal de Zaragoza.
La más famosa sin duda fue Raquel Meller, que llegó a ser una importante estrella internacional.
[25] El primer cabaré de Zaragoza fue el Oasis, fundado en 1917 con el nombre Real Concert por Ricardo Moreno Martínez en la calle Boggiero.
Trajo por primera vez a Mari Carmen y sus muñecos a Zaragoza y en el local actuaron artistas como Estrellita Castro Navarrete, Mary Santpere, Antonio Machín, el «Príncipe Gitano», Luis Mariano, Conchita Márquez-Piquer, Bebé Palmer, Roberta Font o Joséphine Baker.
En Aragón el movimiento comienza con recitales en el Colegio Mayor Pedro Cerbuna, donde residentes como Agustín Sánchez Vidal organizaron los primeros conciertos y conferencias sobre el tema, que incluyeron el debut de José Antonio Labordeta.
En febrero se le hizo un homenaje en Zaragoza y en mayo fue el representante aragonés, junto con La Bullonera, en el Festival de los Pueblos Ibéricos.
En la década de 1990 nuevos cantautores intentaron tomar el relevo, son María José Hernández, Carlos y Alicia, Antón Abad o Paco Cuenca, pero sin gran éxito.
[34] La siguieron Baby, cuya familia regentaba un bar que frecuentaban soldados de la Base Americana, Nello, Chico Valento y Gavy Sander’s, que consiguieron, a excepción del último, contratos con grandes sellos nacionales como Belter o Columbia.
Pedro Botero, grupo originario del barrio de Casetas, se dedicaba a tocar rock duro y sinfónico.
Otros grandes nombres que pasaron por Zaragoza fueron El Último de la Fila, Ray Charles, Aute, Serrat, Spandau Ballet, Radio Futura, Alaska, Víctor y Ana Belén.
De Huesca eran Mestizos, el primer grupo aragonés que obtuvo un éxito notable a nivel nacional.
Dirigidos por su cantante, Enrique Bunbury, editaron en 1988 su primer disco, El mar no cesa, del que se vendieron 150.000. copias.
Siguieron otros tres discos de éxito menor, pero considerable, El espíritu del vino y Avalancha.
[35] En 1992 se realizó un concierto para tratar de salvar al sello discográfico Interferencias, que no tuvo éxito.
Ha dado grupos como ¡Qué pasa!, Bufank, El abogado corrupto o Klaan, aunque sin duda los que más éxito han tenido son Violadores del Verso (Doble V).
Solo sobrevivió cinco años, pero editó discos de Más Birras, Proscritos, Ferrobós y John Landis.