La meta, es obtener mediciones objetivas, reproducibles y cuantificables, que posibilitan tener valiosas y numerosas aplicaciones, en planificación de calendarios y presupuestos, planificación presupuestaria, aseguramiento de calidad, pruebas, depuración de software, optimización del rendimiento del software y asignaciones óptimas de tareas del personal.
Algunos profesionales o practicantes de desarrollo de software puntualizan que mediciones simplistas pueden causar más daño que beneficio.
[3] Otros han notado que las métricas se han ido convirtiendo en parte integral del proceso de desarrollo del software.
[4] El impacto de la medición en la psicología del programador ha levantado preocupaciones a causa de los efectos dañinos para el rendimiento a causa del estrés, ansiedad por rendimiento e intentos de engañar a las métricas, mientras que otros encuentran que tiene un impacto positivo en su valor como desarrolladores hacia su propio trabajo y previene que ellos sean devaluados o sobrevalorados.
Algunos argumentan que la definición de muchas metodologías de medición es imprecisa y consecuentemente, frecuentemente es poco claro, cómo las herramientas para hacer esos cálculos llegan a un resultado particular,[5] mientras otros argumentan que la cuantificación imperfecta es mejor que no contar con ninguna "You can’t control what you can't measure" (No puedes controlar lo que no puedes medir)[6] Se puede evidenciar, que las métricas de software están siendo ampliamente usadas por agencias gubernamentales, el ejército de los EE.