[1][3] La labor de Luz no fue nunca un trabajo individualista, sino que desde sus inicios trató de involucrar en su visión y “misión” a todos aquellos que tenían una sensibilidad especial hacia los más necesitados.
[1] Luz Casanova fue una precursora del voluntariado social, su labor se veía apoyada por “auxiliares y colaboradores”, que ayudaban a desarrollar la pluralidad y a extender la obra de lo que sería más tarde la congregación religiosa de las Damas Apostólicas.
[1][5] Gracias a toda esta ayuda y colaboración en el año 1902 abre su primera escuela “Obra de la Preservación de la Fe” y “Educación popular” a la que seguirán muchas otras en los siguientes años, que constituían una red de pequeños centros educativos que se ubicaban en barrios marginales para ayudar a la educación de los niños y jóvenes más pobres.
[1][4] A partir de este momento la congregación se expande geográficamente y abre casas en Granada, Barcelona, Valencia e incluso en Roma.
[1][2] La guerra civil supuso un duro golpe para la congregación, pero una vez terminada reiniciaron su labor social.