Luisa Zaragozá Rico
[1] Era hija del matrimonio formado por Francisco Zaragozá e Isabel Rico, que también tuvieron tres hijos más (uno de los cuales, Bernardo, fue sacerdote y beneficiado de la catedral de Valencia), y otra hija, Isabel, que fue religiosa capuchina en el monasterio de Alcira.[2] Hernandorena, al recibir una herencia que le permitía vivir sin trabajar, se entregó de lleno al ocio.Luisa sufrió con resignación este cambio, y tuvo que soportar la calumnia de un falso amigo de su marido, cuya viciosa solicitud se había negado a complacer, y muchas otras dificultades similares.[2] Hacia el fin de su vida se trasladó a Valencia, y murió en la casa que habitaba en la calle de Zaragoza, a los setenta y nueve años, tras una larga enfermedad, dejando muchos testigos de visión profética y curaciones prodigiosas.[4] A pesar de la veneración popular que tuvo tras su muerte, el culto fue cayendo en el olvido y no llegó a ser formalizado por la Iglesia.