Marín aprendió el oficio en el estudio que Amador Cuesta tenía en la Puerta del Sol, donde también se habían formado otros fotógrafos madrileños.
En 1899, a la edad de quince años, había entrado en este estudio como aprendiz Alfonso Sánchez García, con quien Marín mantuvo durante toda su vida una estrecha amistad.
A los dieciséis años obtuvo el título de perito agrícola, ingresando pocos años más tarde como funcionario en la Dirección General de Agricultura, Minas y Montes.
Comenzó a trabajar como fotógrafo en el año 1908, con veinticuatro años.
En el primer tercio del siglo XX estuvo considerado entre los mejores reporteros gráficos españoles junto a Alfonso Sánchez García, José María Díaz Casariego y Pepe Campúa que estuvieron trabajando en equipo en la publicación Mundo Gráfico pero sin embargo su obra sobre la guerra civil estuvo oculta más de sesenta años.