Ponce de León dejó a todos los funcionarios del ayuntamiento en sus posiciones.
Tras asumir el cargo, se retiró de las ocupaciones públicas y murió pronto.
Fue enterrado en la iglesia parroquial, primera en la Ciudad de México, frente a la Plaza Mayor.
Aguilar, también de edad, murió asimismo tras gobernar sólo un corto periodo.
Los enemigos de Cortés insinuarion que había hecho envenenar a los dos oficiales reales.