En 1927, durante una exposición promovida en Madrid por la Sociedad Amigos del Arte, obtuvo un cierto éxito de público y de crítica que le llevó a instalarse durante varios años en Madrid.
En sus primeros tiempos deudor de Marceliano Santa María, más adelante Gallardo «dibujará» menos los temas adentrándose hacia un «impresionismo colorista»: un impresionismo de pincelada amplia y efectista.
También fundó un taller para fabricar tapices y alfombras «La Cartuja» cuyos productos destacaban por su gran calidad como lo atestigua los premios obtenidos así como su uso ornamental en organismos, hoteles de renombre,...
La calidad se obtenía tanto por la materia prima usada (lana de primera calidad) como por los motivos dibujados (tanto de Luis Gallardo, como Justo del Río, Marceliano Santa María,...).
En su evolución artística destaca una primera fase influida por Marceliano Santa María en la que pintan juntos.
En los últimos años convive con Eduardo Chicharro y Agüera recogido en su casa en el inicio de la Guerra Española, 1936.