Tras licenciarse en Derecho marchó a Colonia a continuar sus estudios y luego a París, donde amistó con el helenista de la Pléyade Jean Dorat, Guillaume Postel, Barnabé Brisson, Pierre y François Pithou, Jean-Antoine de Baïf, Enrique Esteban (el helenista español que editó obras desconocidas de Anacreonte en París, 1551), Josías Mercier, Jacques Bongars y otros eruditos de la época.
Asimismo conoció al embajador Ogier Ghislain de Busbecque (1522-1591), cuyo relato de un viaje diplomático a Constantinopla publicaría.
Se dedicó desde muy joven a buscar manuscritos de clásicos latinos antiguos y a estudiar, colacionar y enmendar sus textos, haciéndose en particular famoso por sus ediciones de Aulo Gelio (mostrándose enemigo, como su amigo Enrique Esteban, que colaboró en su edición, de los desprecios que le había mostrado el humanista Luis Vives; Carrión fue posiblemente el último en poder consultar el manuscrito completo de A. Gelio conocido como Buslidianus, por haber pertenecido en algún tiempo a Hieronymus Buslidius (Busleiden) y que después se conservó en el colegio trilingüe de Lovaina hasta su desaparición) y de la epopeya de Valerio Flaco, aunque también editó a Censorino, Salustio y Casiodoro, entre otros.
[2] Fue además canónigo en San Pedro de Lovaina, en Saint-Omer y en Saint Germain de Mons, y dirigió el colegio de San Ivo en Lovaina, destinado a los alumnos que estudiaban Derecho.
Probablemente tuvo un hermano o primo contemporáneo, un tal Franciscus Carrio Brugensis, que aparece como profesor de griego en Saint-Ghislain (Hainaut).