Al terminar la conscripción, con 22 años, entró como periodista en una asociación que promovía el desarrollo demográfico en el sur.
Empezó con divulgación científica y terminó haciendo de todo menos política.
Luego militó en la Juventud Trabajadora Peronista, donde fue el responsable de su periódico, y en Montoneros.
En México, trabajó como periodista en la revista de ecología Supervivencia y en La Jornada.
Antes que eso había publicado la revista cultural Lezama, contra el discurso hegemónico del neoliberalismo con importantes firmas.