En la antigüedad daba movimiento a la herrería de Lugros y a varios molinos harineros, hoy en día ya inexistentes o derruidos por el tiempo.
A su paso por Lugros, su curso es perenne, aunque escaso su caudal en verano, su cauce es llano, no experimenta desbordamientos y puede vadearse con facilidad en todas las épocas del año.
Sus márgenes están cubiertos de castaños, perales, abundantes viñedos, alamedas y otros árboles frutales.
Son las fiestas más populares entre los vecinos y las poblaciones aledañas.
Cuenta la leyenda que la virgen se apareció en una piedra de la sierra y por ese motivo se iba todo los años en romería hasta ese lugar.