A los profesores se les permitía emplear castigos corporales si los estudiantes llegaban tarde o eran desobedientes y podían ser azotados.
Además, la tinta era más duradera ya que estaba hecha de hollín y resina.
Se sabe que algunas de las tintas más duraderas y costosas han sobrevivido años enterradas bajo tierra.
Sin embargo, sólo las familias muy ricas enviaban a sus hijas hembras a la escuela y por eso, la mayoría de niñas hacían autoaprendizaje o, de mayores, hacían que sus hijos varones les enseñaran.
El ludi magister no solo representa la excelencia académica, sino también un compromiso ético y espiritual con la comunidad intelectual.