Lucha libre olímpica

El objetivo consiste en ganar el combate haciendo caer al oponente al suelo y manteniendo ambos omóplatos del rival fijos sobre el tapiz, el tiempo suficiente para que el árbitro se cerciore de esto, o ganando por puntuación mediante la valoración de las técnicas y acciones conseguidas sobre el adversario.

El término «libre» que denomina la modalidad se refiere a que, a diferencia de la lucha grecorromana donde no se pueden utilizar activamente las piernas ni atacar las del rival, en la lucha libre las piernas son un elemento más del ataque y la defensa.

Por otra parte el término «olímpica» se utiliza para diferenciarla del combate escénico conocido como lucha libre.

La lucha libre se admitió en los Juegos Olímpicos en la sesión del COI celebrada en París en 1901.

Al igual que la lucha grecorromana, cuenta desde entonces entre las grandes disciplinas de los Juegos Olímpicos.

Existen principalmente tres formas de ganar un combate: Puntuación: Las acciones realizadas por los luchadores pueden ser puntuadas por el cuerpo arbitral con 1, 2, 4 o 5 puntos.

Existirá, por tanto, dos terceros, que serán los ganadores de las repescas, y dos quintos, los perdedores.

Son ilegales, las técnicas o acciones enumeradas a continuación: Igualmente se prohíbe:

Lucha libre olímpica.