Lucía de la Marca
Ramón Berenguer I la prometió con Guillermo I de Besalú, el cual había destacado por su resistencia a reconocer la soberanía del conde de Barcelona.Textualmente dice "Te predictus Artallus, comas, non dimittat predictam Luciam, dum viva fuerit, por ullam occasionem, si leprosa non fueri; te predictus ARtallus, comas, non faciat ullam calumpniam neque impossibilitate ad iam dictam Luciam, ut ipsa eum dimittere debeat" (LFM, 37).Una vez viuda, se afirmó en su rol al frente del condado junto con su hijo, el conde Artal II de Pallars Sobirá, como, por ejemplo, en la donación hecha al Monasterio de Santa María de Gerri en el año 1081.En ese momento parece ser que ocupa un lugar destacado en la política catalana.Lucía tuvo un papel clave en el gobierno del condado, desarrollando relaciones estratégicas clave con el poder religioso y con otros condados.