Loxosceles reclusa

[1]​[2]​ Tiene un color morado con café muy claro, y su aspecto es más bien pequeño, algo menor que la araña de los rincones (Loxosceles laeta), su prima sudamericana.

Las arañas tienen alrededor de un año para crecer hasta la edad adulta.

En una ocasión se comprobó que un ejemplar sobrevivió en cautiverio controlado por más de cinco temporadas sin comida.

Este es caracterizado por heridas necróticas a causa de las hemotoxinas encontradas en su veneno.

Los síntomas típicos del loxoscelismo visceral son náuseas, vómitos, fiebre, erupciones y dolor articular o muscular.

En raras ocasiones también se pueden presentar síntomas como la destrucción de glóbulos rojos (hemólisis), trombocitopenia, coagulación intravascular diseminada, daños en los órganos e incluso la muerte.

En ese lapso, la úlcera puede crecer hasta superar los 25 cm (10 pulgadas) de largo.

Loxosceles reclusa parda
La reclusa parda posee tres pares de ojos, a diferencia de la mayor parte de las arañas. Obsérvese su marca en forma de violín.
Mordedura de una loxosceles reclusa.