Volvió a París en junio del año siguiente y llevó una vida solitaria.
Terminó la segunda parte del Poema del alma, que un antiguo industrial y mecenas, Félix Thiollier, se había comprometido a publicar.
En 1885, Janmot se casó con una antigua alumna, Antoinette Currat, y volvió a establecerse en Lyon.
En su pintura, el dibujo y el acabado de Ingrès se combinan con un misticismo cuyo paralelo remite a la obra de sus contemporáneos del movimiento nazareno o a los prerrafaelistas.
Janmot está considerado como un artista de transición entre el romanticismo, el simbolismo y el prerrafaelismo.
Su obra fue admirada por Puvis de Chavannes, el bordelés Odilon Redon o Maurice Denis.
Un largo poema compuesto por Janmot le sirve de argumento a los cuadros.
Escribió a tal efecto un poema cíclico cuya primera parte fue publicada en 1854 en Lyon por el editor Vingtrinier.