La serie es una versión adaptada de la serie argentina Los simuladores, que se había estrenado unos años antes y de la que se hicieron también adaptaciones en Chile, México y Rusia.
La adaptación española de la serie está producida por Sony Pictures y Notro Films.
[cita requerida] Ferrer, un hombre sesentón que lleva toda su vida trabajando de relaciones públicas en una empresa lechera es despedido y sustituido por un joven que, aunque bien titulado, es más bien algo incompetente.
En el terreno laboral vuelven a irle muy bien las cosas y las mujeres lo encuentran irresistible.
Desesperado, tras encontrarse con Pablo, este le aconseja que acuda a los simuladores.
Allí, tras una ficticia colonoscopia, Jota (como Máximo Garrido) le convence de que debe someterse a una operación urgente.
Mientras evitaban que un director de banco corrupto intentara llevarse dos millones de euros en diamantes para huir del país con ellos ese mismo día, Santos y León son retenidos en un banco por tres atracadores.
Junto a ellos hay doce rehenes más, incluidos la cliente de los simuladores (la apoderada) y el propio director.
Jota, haciéndose pasar otra vez por Máximo Garrido, esta vez como oficial del CNI, logra hacerse cargo del operativo, desplazando a la policía municipal y a la prensa.
Al final, se ve a Santos visitando la tumba de una mujer.
Como Santos no acepta el caso, aunque Estrada le dice que su vida corre peligro por los contactos de Costa, es herido y secuestrado por la banda de mafiosos para obligar a sus compañeros a actuar.
En el prólogo del capítulo, Nogueira, un gerente de una fábrica, le pide a los simuladores que intenten retrasar una auditoría para poder ingresar a tiempo un dinero que sustrajo de la caja para poder pagar antiguas cuentas.
Para lograr que Esteban cambie de actitud, cumpla sus obligaciones con sus alquilados y rehabilite los edificios de su propiedad, Los simuladores montan un complicado operativo en torno a una agencia espacial para convertir a Esteban, gran apasionado del fenómeno OVNI, en "colaborador" de la agencia, un nombramiento que le impide, entre otras cosas, ser miserable con sus inquilinos.
Sus protagonistas eran Federico D'Elía, Alejandro Fiore, Diego Peretti y Martín Seefeld