Los pedigüeños es un cuadro de la etapa de madurez del pintor y escultor español Guillermo Silveira (1922-1987), clasificable para el profesor Hernández Nieves dentro de un conjunto de «paisajes naturales y urbanos de apretadas casitas y tejados y, sobre todo, [una amalgama de] escenas con pocas figuras, próximas al espectador, que recubren toda la composición en un claro horror vacui, con las características cabezas inclinadas y los rostros expresivos, ingenuos y tristes».
[1] Está pintado al óleo sobre tela y sus dimensiones son de 100 x 81 cm, es decir, las de un «40 figura».
[4] Artísticamente el estudio de la obra descubre la consecución de un cierto «estilo propio»,[5] «sin tributos ni adjetivas subsidiaridades»,[6] «por la vía de un formalismo al tiempo monumental e ingenuo»,[7] que ya no encaja con el expresionismo subjetivo ni la neofiguración de sus primeras épocas.
Cromáticamente predominan los colores verdosos y rojizos contrapuestos a una serie de tonos complementarios (azules, amarillos), dispuestos en grandes planos delimitados mediante profundas incisiones, lo que remarca el ambiente dramático de la tela.
En cuanto al aspecto iconográfico del cuadro cabe destacar la representación de algunos elementos habituales en otras obras del autor como casas abuhardilladas, antiguas pensiones, bidones de alquitrán, rótulos identificativos como en este caso el de la «FONDA DEL MOLINERO AÑO 1912», postes de telégrafo, etcétera.