Los encantos de la culpa

La tormenta se desata y hace que el navío encalle en las costas de una isla gobernada por una hechicera llamada Culpa, cuya análoga homérica es Circe.

Al despertar, el Hombre comienza a recobrar los sentidos, pero en formas de animales.

Todos los sentidos –excepto el entendimiento– sucumben a los vicios de la Culpa, quien los transforma en animales.

El Hombre pide consejo a su entendimiento, y éste le responde que clame y pida perdón al cielo para que le sea proporcionada la solución.

El Hombre va y libera a sus sentidos, sin embargo, al recuperarlos, el Hombre duda, pues los vicios eran muy placenteros, así que manda al entendimiento a buscar la nave.

Retrato de Pedro Calderón de la Barca , autor de Los Encantos de la culpa .