Los Tres Tenores

El éxito del concierto de 1990 motivó que el espectáculo quedara denominado definitivamente como Los Tres Tenores, quienes continuaron cantando juntos en conciertos producidos por el mánager húngaro Tibor Rudas y otros productores.

También se organizaron conciertos similares en otras ciudades de todo el mundo (Londres, Nueva York, etc.), generalmente presentándose en estadios u otros grandes espacios.

Los Tres Tenores mantuvieron en todos sus conciertos un amplio repertorio: desde la ópera clásica italiana o alemana hasta canciones de Broadway, incluyendo canciones napolitanas y éxitos de música pop adaptados a la música clásica.

El fenómeno de Los Tres Tenores fue aplaudido por muchos críticos debido a que implicaba presentar la ópera y la música clásica en general a un público más amplio que el tradicional, pero algunos puristas del género condenaron estos espectáculos alegando que la música clásica no podía ser entendida por las grandes masas, agregando que era absurdo mezclar música popular y música culta con un simple ánimo de lucro en vista de los grandes pagos que los tres cantantes y el director Zubin Mehta habían percibido, más de un millón de dólares estadounidenses (US $1 000 000) por persona.

En Chile surgieron «Los Tres Tenores chilenos» —conformado por José Azócar, Tito Beltrán y Gonzalo Tomckowiack—, quienes en 2002 realizaron el concierto «Chile: tres tenores cantan a Santiago»,[4]​ basado en las actuaciones de Domingo, Pavarotti y Carreras en la final de las Copa Mundiales de Italia 1990, Estados Unidos 1994, Francia 1998 y Corea-Japón 2002.