Los cantos de Maldoror

La publicación de 1868 (solo el primer canto) presentaba algunas partes dialogadas con indicaciones escénicas que fueron suprimidas en los siguientes.

Maldoror, ser sobrehumano, arcángel del mal, lucha bajo diferentes formas contra el Creador, a menudo ridiculizado como Dios en el burdel.

La novela final utiliza el estilo rocambolesco y, más concretamente, el folletín que abundaba por entonces en los periódicos de grandes tiradas.

El adolescente Mervyn, seducido por Maldoror, será inútilmente protegido por Dios y sus emisarios animales.

Si Ducasse encuentra un extremo placer en fomentar escenas de rara violencia, en las que la desdicha y la mala intención tienen un punto sublime, no es menos visible que así ajusta el tono, combinando la amplitud del ritmo y el superior desengaño, una suerte de ineludible y poderoso principio de antigravedad.

Diferentes tesis en los últimos años apuntan también a señalar al propio Ducasse como padre del surrealismo.

Carátula a la edición de 1890 por Léon Genonceaux