El género Lorophyton y su única especie Lorophyton goense , fue descrito a partir del fósil de un espécimen excepcionalmente bien conservado, probablemente un ejemplar juvenil a juzgar por su tamaño, en un yacimiento de Goé (Lindburgo, Bélgica).
[1][2] Insertadas lateralmente en el tallo se situaban unas ramificaciones especialmente numerosas en el ápice, donde formaban un penacho o corona como el conocido en otros miembros de su grupo.
[2] La base del tronco se encontraba notablemente ensanchada formando un bulbo basal muy robusto de cuya zona inferior emergían numerosas raíces adventicias.
[5] Las raíces presente, en un número más pequeño que el que poseía Pietzschia, crecían a partir del bulbo basal formando un ángulo agudo y se dividían al menos una vez a escasa distancia de su unión al tallo, hecho no observado en otros géneros.
[6] Por el material sedimentario unido a las raíces en el fósil se ha podido establecer que el sistema radicular al completo se encontraba enterrado y que ninguna de sus raíces nacían en la parte aérea como sí ocurría en Calamophyton.