Lorenzo de Canterbury

Agustín de Canterbury lo consagró obispo para que fuera su sucesor y así garantizar la continuidad en el oficio.

[6]​ A su arribo, trajo consigo las respuestas de Gregorio a las preguntas hechas por Agustín, un documento que Beda transcribió y que comúnmente es conocido como Libellus responsionum («Libro de respuestas»).

[2]​[14]​ Agustín consagró a Lorenzo antes de fallecer, contra la tradición vigente en la Iglesia, pues así aseguraba la sucesión: le preocupaba que la sede quedara vacante y la misión sufriera por ello.

[17]​ En 610, recibió correspondencia del papa Bonifacio IV dirigida a él como arzobispo y sucesor de Agustín.

[24]​ Durante el gobierno de Lorenzo, Ethelberto falleció en 616 y su hijo Eadbaldo regresó a las antiguas creencias y muchos misioneros promisorios huyeron a Galia, pero Lorenzo se las ingenió para reconvertirlo.

[27]​ Por su parte, Wright afirma que introducir a San Pedro en la historia aseguraba la continuidad de la misión.

[30]​ Raedwald se convirtió antes de la muerte de Ethelberto, quizás, por recomendación del mismo, pero sus súbditos no se convirtieron y él mismo solo permitió un altar cristiano en su templo pagano.

[32]​ Alcuino, un escritor medieval tardío, escribió que Lorenzo fue «censurado por la autoridad apostólica».

[33]​ Tal censura podría ser una carta del papa Adeodato I, ordenándole a Lorenzo permanecer en Kent.

Eadbaldo habría sido convertido por Lorenzo y Ethelwaldo por Justo después de su regreso a Rochester.

[38]​ Su culto está atestiguado ya en fuentes tempranas como el Misal de Stowe del siglo VIII o IX.

Manuscrito de una copia de Historia ecclesiastica gentis anglorum de Beda el Venerable. Esta obra es la principal fuente sobre la vida de Lorenzo de Canterbury.