Para limitar los costes, la Armada previó un P-3 modificado con carga incrementada y aviónica modernizada.
Este avión llegaría a ser conocido como “P-3G”, del que se comprarían 125 aparatos en un periodo de 5 años hasta 2001.
El fuselaje, de misma sección que el P-3, fue alargado en 2,4 m, y la envergadura, en 2,10 m. La sección central alar fue aumentada en longitud, lo que alejaba los motores del fuselaje para reducir los niveles de ruido en la cabina.
El P-7A iba a estar propulsado por cuatro turbohélices General Electric T407-GE-400 con hélices de 5 palas.
La cabina iba a ser equipada con 8 pantallas CRT y un HUD estibable para el lanzamiento de armas.