Fue también en 1935 cuando emigró a Argentina ante el peligro del emergente Nacionalsocialismo, dada su condición de judío.
Allí creó la Orquesta de Cámara Ljerko Spiller.
Inmediatamente de llegado a la Argentina tomó contacto con la Logosofía, disciplina a la que le reconoció una influencia positiva en él hasta sus últimos años.
Colaboró regularmente con los cursos del Camping Musical Bariloche.
Fue Presidente del Gran Jurado de los Premios Konex en 1999.
[8] Como pedagogo, ha formado a muchas generaciones de excelentes violinistas argentinos y sudamericanos.