Liuva II

Sucedió a su padre Recaredo y accedió al trono cuando contaba unos 18 años.

Ello hizo que tras su acceso al trono no contara con los apoyos de la nobleza visigoda, a la que por vía materna era ajeno.

En la primavera de 602, el godo Witerico, quien había traicionado la conspiración del obispo arriano Sunna de Mérida para restablecer el arrianismo en 589 —según algunos autores o simple y llanamente para adueñarse del trono, según otros—, consiguió el mando del ejército que iba a luchar contra los bizantinos.

Seguramente la traición de Witerico a los conspiradores le había colocado en una posición de máxima confianza, y gracias a ello obtuvo el mando del ejército, en el cual colocaría a hombres de su confianza.

Witerico hizo que se amputara a Liuva II la mano derecha, lo que le imposibilitaba para reinar, y más tarde lo hizo condenar a muerte y ejecutar en el verano de 603.

Imitación moderna de un tremís visigodo acuñado en Mérida durante el reinado de Liuva II.