Está junto a Curtea Veche, el palacio fundado por Vlad Draculea en el siglo XV.
Se encuentra cerca de las ruinas del antiguo patio principesco construido por Vlad III el Empalador.
Dentro del distrito, en paralelo a la calle principal que es la que lleva el nombre de Lipscani, determinados gremios (en rumano, isnafuri) tenían su propia calle, algo que ha quedado reflejado en su toponimia: Durante la República Socialista de Rumania, ya en el siglo XX, se hizo un proyecto para demoler el distrito entero, tal y como hizo Nicolae Ceauşescu en otros lugares de la ciudad.
En la actualidad, muchas de las construcciones todavía no han sido restauradas.
No obstante, el barrio se ha querido revitalizar a través del comercio, y a comienzos del siglo XXI muchas de las calles se han peatonalizado.