Se habían conocido en Milán, mientras estudiaban para ser cantantes de ópera, profesión en la que tuvieron éxito tanto en Europa como en América.
Así, aunque Lina nació en Madrid, su niñez y educación se desarrollaron en Nueva York.
Sin embargo, se dedicó finalmente en la zona de Nueva York a colaborar en proyectos para mujeres revolucionarias no bolcheviques.
Aunque él la ayudó económicamente en su formación, se mantuvo distante respecto de favorecerla simplemente por la amistad que tenían.
Sin embargo, en agosto Stalin empezó las purgas contra los miembros de su propio partido.
Lina expresó sus deseos de volver a París, pero Serguéi no lo consideró necesario.
En 1974, abandonó la Unión Soviética y se instaló en Londres, donde creó una fundación para preservar el legado de su marido.