Tras retornar a los Estados Unidos, Schwartz prosiguió su exploración artística incursionando en otros medios, entre ellos la escultura en metal y plástico.
[2] En 1966, Schwartz dio inicio a su trabajo con cajas de luz y dispositivos mecánicos, como motores de explosión, y se integró al grupo Experiments in Art and Technology (EAT), que congregaba a artistas, ingenieros e ingenieras como colaboradores.
Durante su tiempo allí, colaboró estrechamente con ingenieros como John Vollaro, entre otros, y estableció una asociación significativa con Ken Knowlton, un ingeniero de software y artista informático que también había participado en la exposición del Museo de Arte Moderno en 1968.
Al mismo tiempo, Schwartz se matriculó en clases de programación en The New School for Social Research.
Estas películas incluían títulos como Pixillation, Olympiad, UFOs, Enigma, Googolplex, Apotheosis, Affinities, Kinesis, Alae y Metamorphosis.
[4] Schwartz utilizó en varias ocasiones las obras de Leonardo da Vinci en experimentos con ordenador.
Las líneas superpuestas dibujadas en la imagen que muestran las estrechas alineaciones de la parte inferior del ojo, la ceja, la nariz y el mentón la llevaron a argumentar que la Mona Lisa es en parte un críptico autorretrato del artista .
Su modelo tridimensional generado por computadora reveló que las líneas de perspectiva en la obra coinciden o se prolongan hacia la arquitectura del refectorio de Santa Maria delle Grazie en Milán, donde se encuentra el fresco.