Es cóncavo por delante, convexo por detrás, más ancho y grueso en el centro que en los extremos, y está firmemente unido a ambos lados a un pequeño tubérculo en la superficie medial de la masa lateral del atlas.
[1] La laxitud excesiva del ligamento transverso posterior puede provocar inestabilidad atlantoaxial, una complicación común en pacientes con síndrome de Down.
[2] Los procesos degenerativos pueden dar lugar a quistes del ligamento transverso, lo que provoca una mielopatía cervical progresiva.
El tratamiento de elección para los quistes del ligamento transverso con deterioro neurológico progresivo es la resección quirúrgica y la fusión cervical.
[3] El tratamiento conservador con inmovilización externa del cuello es menos frecuente, pero puede ser muy útil en casos seleccionados en los que la intervención quirúrgica inmediata no está indicada.