Esta edición está enriquecida con dos grabados en madera, el primero que representa una habitación rica, de estilo gótico, a un monarca en el trono con su cetro en la mano y a un sabio que presenta un libro.
Los otros cinco manuscritos se encuentran ahora: tres en la Biblioteca Nacional en Madrid, otro en la Biblioteca del Monasterio del Escorial, y el ya mencionado de la Menéndez Pelayo en Santander.
Los manuscritos ahora conocidos son los siguientes, ordenados de más antiguos a más modernos (mantenemos la letra con la que son designados los cinco conocidos por Walsh y llamamos O al “nuevo”):
Volvió a ser impresión en 18oo incorporados a las “Memorias para la vida del Santo Rey Fernando III”, entonces publicadas, que habrían sido dispuestas por Juan Lucas Cortés (1624-1701) aunque suelen ser atribuidas al jesuita Andrés Marcos Burriel (1719-1762) y recientemente ha sido objeto de estudio y edición crítica, realizada naturalmente por un extranjero, John K. Walsh.
Los simbólicos doce sabios sirven para transmitir una moral doctrinal referida al gobierno del reino y sus virtudes.
En este libro se advierten sobre los planes y programas propios que animaban el proyecto político de Castilla.
Este ofrece también abundantes consejos sobre cómo disponer de las guerras y las conquistas, pero no para realizar ni establecer colonias en otros territorios, o someterlos, sino para que con estas guerras y conquistas puedan reapropiarse de los territorios peninsulares.
Y en el primero sea puesto escarmiento tal, porque otros no se atrevan.
Y de otra guisa todo se robaría y la tierra perecería, que la buena ordenanza trae durabledad en los hechos.» El libro de los doce sabios inicia, además, esa fecunda tradición española de tratados destinados a definir y procurar alcanzar la percepción del rey, del príncipe o regidor público.
Observando las indicaciones del prólogo, el texto parece ser un “regimiento de príncipes” donde se reúnen a doce sabios para componer un tratado de sabiduría que pudiera usarse para enseñar a los infantes.
En el proceso de transmisión, es frecuente que colaboren copistas en el original, afectando a la organización formal de la obra, tanto en capítulos, rótulos, títulos… es decir, todo aquello a lo que afecte la capitulación.
Cuánto más lejos se encuentre el original de su tiempo, es raro que haya sido alterado.
Compuesto por oce sabios: por mandado del muy noble rey don Fernando que ganó Sevilla; a diez años de la unidad peninsular, y en un momento de máxima exaltación religiosa, no venía mal recuperar aquella junta que Fernando III, el rey conquistador por excelencia, mantuvo con unos sabios para aprender a regir sus reinos